Los restos más antiguos que se encuentran de Benicarló corresponden a los poblados íberos de la Tossa y el Puig de la Nau, que tuvieron su época de máxima esplendor en los siglos V y VI a.C. Sin embargo, su origen como ciudad data de la época morisca ya que el nombre de Benicarló (Beni-Gazló) apareció por primera vez en documentos como alquería árabe. Durante la reconquista, Jaume I le concedió la Carta Puebla y no fue hasta 1926 que Alfonso XIII le otorgó oficialmente el título de ciudad.
Hoy Benicarló es un municipio costero de tradición marinera, que conserva el encanto de un pueblo cercano y acogedor con un paisaje dominado por playas de arena fina y mar tranquilo.
El clima mediterráneo otorga, además, a este municipio, una situación privilegiada ya que cuenta con numerosos días soleados al año y una temperatura suave durante todo el año. El lugar ideal para vivir con total tranquilidad en invierno y disfrutar de las playas de Benicarló y el buen ambiente en verano.
¿Todavía no estás seguro de si la casa de tus sueños está en Benicarló? Te contamos un poco más acerca de esta ciudad para que no tengas dudas de que Vivir en Benicarló te va a encantar.
Además de una playa fabulosa, Benicarló cuenta con varios monumentos de interés turístico con los que sorprender a tus invitados cuando vayan a hacerte una visita a casa.
Uno de los monumentos más destacables es la Iglesia de San Bartolomé, patrón de la ciudad. Esta iglesia empezó a construirse el 1724 y no se finalizó hasta 19 años más tarde. Es una edificación que se construyó sobre la antigua iglesia de la villa, de la que ya se habla en su Carta Puebla. Aunque no se conserva demasiada información acerca de ella, se sabe que tenía gran riqueza en ornamentos y objetos pero durante la guerra civil sufrió grandes daños que obligó a reconstruirla aprovechando parte de sus murallas.
Se trata de una edificación de la última fase del barroco, con torre-campanario octogonal separada de la iglesia.
El Convento de los Franciscanos Descalzos es otro de los atractivos principales. Fue fundado en 1578 por Fray Cristóbal de la Plaza. En su origen estaba totalmente construido con baldosa revocada con mortero y cal, arcos de medio punto y molduras. En el siglo XVIII fue restaurado y reestructurado, elevándose una planta más y creando las actuales columnas. En cuanto a su fachada, corresponde a la arquitectura barroca.
En 1835 la orden franciscana desapareció de Benicarló, por lo que el edificio pasó a manos del Ayuntamiento siendo Casa de la Educación, Casa de la Caridad y posteriormente caserna de la Guardia Civil.
La Capilla del Cristo del Mar o Iglesia de San Pedro se sitúa cerca del puerto y se conoce popularmente como Ermita del Cristo de Mar, por lo que los habitantes de la ciudad sienten gran devoción.
La leyenda cuenta que este cristo llegó a Benicarló en 1650 en un barco y se consideró milagroso.
Se desconoce el momento de la construcción de esta ermita, que destaca por la imagen de San Gregorio tallada en madera que hay en su interior. Se calcula que probablemente data de principios del siglo XVI, debido su amplio pórtico de cinco arcos de piedra labrada.
Además de estos 3 edificios de origen religioso en Benicarló se pueden visitar los poblados Íberos del Puig y Tossa, así como la Antigua prisión, la Casa Bosch y la Casa del Marqués de Benicarló.
Otro de los principales atractivos de una ciudad para convertirla en tu nuevo hogar es la gastronomía. Pues benicarló también te conquistará en este sentido.
Benicarló cuenta con una gran tradición de cultivo de frutas y hortalizas, por lo que el sabor de su gastronomía es muy variado y completo. Pero si hay un producto por el que se conoce Benicarló es la alcachofa, siendo una de las más conocidas del país y siendo protagonista de unas jornadas gastronómicas que hacen que por unos días Benicarló sea cumbre culinaria para los visitantes de la provincia. Es increíble la cantidad de platos sabrosos que se pueden elaborar con este producto
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