Aunque no es muy conocido, la provincia de Castellón tiene uno de los patrimonios arquitectónicos de la época medieval más amplios de España. Las torres de vigía son las construcciones más abundantes en el paisaje castellonense, ocupando enclaves estratégicos en lo alto de las montañas para divisar la llegada de barcos pirata por el mar.
Sin embargo, también algunas fortificaciones y castillos, la mayoría de ellos de origen templario, siguen recordándonos la huella de un pasado en el que Castellón era un territorio de gran interés militar por su situación privilegiada y su topografía de mar y montaña.
En este post, hacemos un recorrido por los castillos templarios de la provincia de Castellón. Porque el verano también es la ocasión perfecta para conocer el patrimonio cultural de las ciudades en las que veraneamos y adentrarnos un poquito más en su historia.
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Una de las postales más conocidas de la provincia de Castellón es el castillo entre aguas de Peñíscola. Por sus muros han pasado numerosos personajes históricos entre los que destaca Jaume I el Conquistador que tras varios intentos logró conquistarlo en el año 1233.
Más tarde, en 1294, los templarios consiguieron su dominio y lo reconstruyeron dándole el aspecto que todavía conserva hoy.
Se trata de una fortaleza cuadrada con clara ascendente románica, evidente por su abovedamiento en cañón.
Aproximadamente un siglo después del dominio templario, la orden se disolvió y el castillo pasó a manos de la corona.
Situado en lo alto de la Sierra de Irta, el castillo de Xivert domina el llano y el mar. Todavía conserva dos partes muy diferenciadas; la árabe y la cristiana.
La parte árabe, construida en el siglo X consta de una línea defensiva exterior que envuelve el alcázar principal, protegido a su vez por murallas y bastidores.
El castillo cristiano data del siglo XII al siglo XVII y se caracteriza porque aprovechó la disposición general del castillo islámico, reorganizando los espacios internos. Entre ambas estructuras queda un espacio libre llamado Albacar.
Inicialmente construido por los musulmanes, el castillo de Oropesa domina la ciudad desde lo alto del casco antiguo.
Tras la reconquista del Cid en 1090 y más tarde por Jaume I (1233) adquirió su aspecto actual, levantándose una cerca de mampostería para la defensa del nuevo caserío y conservando los viejos paredones de tapial y un aljibe de dos naves.
Morella es, sin duda, una de las poblaciones más bonitas de España, cuya rica historia la ha convertido en un museo vivo. Pueblos iberos, romanos, visigodos y árabes han vivido dentro de sus murallas y han dejado su huella a su paso.
Morella cuenta con un castillo de origen árabe que fue conquistado por el Cid en su camino hacia Valencia. Pero Morella no es simplemente una ciudad con un castillo medieval sino que es un conjunto de fortificaciones y amurallamientos que rodean la montaña sobre la que se posa dicho castillo.
El castillo de Todolella es uno de los más atractivos de la provincia. Se trata de una fortificación de estilo gótico construida en la época medieval y posteriormente convertida en palacio residencial en el siglo XVI.
Está situado en la parte alta de la localidad y cuenta con dos torres y una fachada que mira al pueblo adornada con ventanales góticos.
Onda también es una población con una rica historia; en ella han habitado íberos, griegos, visigodos y árabes, que se interesaron por sus tierras por su privilegiada posición entre la montaña y la llanura, muy cerca de la Sierra de Espadán.
Originariamente, su castillo era una fortificación íbera y romana que en el siglo X fue habitada por los árabes y posteriormente conquistada por el Cid y dominada finalmente en 1238 por Jaime I.
Históricamente el castillo es conocido como el de las trescientas torres, ya que estaba construido por cuatro zonas amuralladas concéntricas al monte en el que se encontraba la construcción principal.
Vilafamés cuenta con un castillo de origen musulmán que se encuentra en lo alto de un montículo. En la época de la reconquista cristiana fue reconstruido convirtiéndose en lo que podemos ver hoy.
Concretamente, está constituido por una serie de recintos defensivos alrededor de una gran torre que domina toda la ciudad.
Jérica es una población con una amplia variedad de fortificaciones entre las que destaca su castillo de origen cristiano y su torreta musulmana.
La torre musulmana es de planta cuadrada que se encuentra en lo alto de la montaña. Por su parte, el castillo está en la parte alta de la población y se trata de un recinto con torres cuadradas y circulares que rodean una gran torre poligonal. El campanario mudéjar que acompaña al castillo es considerado la obra más hermosa de mudéjar en Castellón.
La cercanía geográfica de todas estas localidades y la riqueza histórica y cultural de toda la provincia hace que veranear en Castellón sea una oportunidad única para disfrutar de la cultura y la playa a partes iguales, conociendo algunos de los rincones con más encanto de España.