Los meses de verano son sinónimo de vacaciones, playa, viajes y, sobre todo, calor. Es por ello que de junio a septiembre los aires acondicionados y ventiladores se vuelven nuestros mayores aliados contra las temperaturas sofocantes.
Sin embargo, existen otras medidas pasivas que ayudan a climatizar de forma correcta la casa sin disparar el consumo eléctrico y manteniendo a raya el calor, evitando convertir nuestros hogares en auténticos cocederos:
Algunas de las soluciones que nos protegen del frío en invierno también nos son muy útiles para combatir el calor en la temporada estival y conseguir mantener un clima idóneo dentro de casa. Las ventanas de doble acristalamiento ayudan a aislar térmicamente los hogares para que no entre el calor y, al mismo tiempo, impiden que el aire frío se escape hacia el exterior.
Soluciones sencillas que nunca pasan de moda. Las horas en las que el sol golpea directamente en los hogares pueden convertir la estancia en un auténtico hervidero. Sin embargo, desplegando los toldos, bajando las persianas o corriendo las cortinas evitamos que los rayos de sol entren directamente a través de las ventanas y disparen las temperaturas de las habitaciones.
Evitando abrir las ventanas en las horas más calurosas del día y aprovechando aquellas con temperaturas más bajas para ventilar los hogares sin que esto suponga dejar entrar aire caliente a la casa.
Son los que menos calor acumulan y ayudan a que la sensación térmica sea más agradable. Durante los meses del verano es recomendable optar por fundas, cortinas y ropa de cama de colores claros y tonalidades pastel. Los colores más oscuros retienen el calor y provocan una sensación térmica más agobiante.
Tanto unos como otros son fuente importante de calor, por lo que es recomendable limitar su uso dentro de lo razonable. Hay que procurar no dejarse las luces encendidas cuando no las estemos utilizando, no abusar de electrodomésticos como el horno, que desprende mucho calor, o aprovechar para tender la ropa en lugar de usar la secadora.
Al pasar agua caliente por las tuberías éstas se calientan y desprenden calor que acaba aumentando la temperatura del hogar, sobre todo si la instalación es antigua y tarda más en enfriarse.
El material de los muebles y cómo decoremos las habitaciones es importante también para combatir el calor. Por ejemplo, usar fibras naturales para el mobiliario de exterior no es un capricho. Estos materiales absorben mejor la humedad y el calor, por lo que nos ayudan a mantener un clima más agradable. Además, distribuir las mesas, sofás y demás muebles de la casa para dejar entrar la corriente de aire fresco por las mañanas puede ayudarnos a templar la vivienda sin tener que abusar del aire acondicionado.
Visita nuestros inmuebles en Peñiscola