Desde pequeña, María ha tenido un sueño; el de convertirse en diseñadora de moda y ver cómo mujeres reales visten sus diseños por las calles de su ciudad. Hace años que su objetivo principal en la vida es perseguir ese sueño y, para ello, ha dedicado gran parte de su tiempo a prepararse y estudiar para ser una buena profesional. Ahora que ha terminado su carrera y ha confeccionado algunos vestidos preciosos para algunas amigas y su madre Amparo, su mejor modelo, ha decidido dar el salto al mundo empresarial montando su primer atelier en Castellón; y lo primero que necesita es un local comercial para poder emprender su negocio.
Parece que muchas chicas de la ciudad van conociendo su trabajo y contactan con ella por redes sociales, por lo que es el momento de que tenga su propio espacio para poder trabajar con libertad. Amparo, por supuesto, es su mayor apoyo y juntas han comenzado la búsqueda del local comercial perfecto para que María emprenda su propio camino.
Primero tuvieron que definir qué espacio necesitaban y las posibilidades de distribución que tenían. María lo tenía claro, quería una pequeña zona de exposición en la que recibir a sus clientas y poder enseñarles algunos de sus modelos, pero también era imprescindible que tuviera espacio suficiente para algunos probadores y una zona de espejos para que sus vestidos pudieran lucir como se merecían. Ah y, por supuesto, un baño; María iba a pasar mucho tiempo allí dentro y tanto ella como sus clientas necesitarían sentirse cómodas dentro de su atelier.
Una vez tuvieron todas estas cuestiones claras, empezaron apuntando algunos números de alquileres en su barrio, pero después de ver algunos de ellos y conocer el precio de alquiler, entendieron que necesitaban un asesoramiento más profesional y, por eso, acudieron a la inmobiliaria que les recomendó su prima Claudia, quién encontró la casa perfecta para independizarse en esa misma agencia.
Cuando explicaron a su agente, Mari Carmen lo que estaban buscando, lo tuvo claro desde el principio y les enseñó un par de locales en el centro que según ella, tenían un encanto especial, perfecto para un atelier como el que quería montar María.
A María y Amparo, el primero les gusto, pero se enamoraron del segundo en cuanto lo vieron. Era un local grande y amplio con techos altos y en una calle en la que mucha gente podría conocerla e interesarse por su trabajo. No tenía la posibilidad de alquilarlo, pero después de hacer números con su madre y hablar con el banco decidió comprarlo; al fin y al cabo, pensó es una inversión, si la cosa no le salía bien podría volver a venderlo o incluso alquilarlo.
Varios meses después, María inauguró su negocio y era exactamente como se lo imaginaba. Su madre le ayudó con el catering de la inauguración, hace una coca de tomate para chuparse los dedos, y sus amigas se ofrecieron a hacer un pequeño desfile con sus diseños para que todas sus nuevas clientas pudieran apreciarlos al 100%.
Ahora María tiene más responsabilidades que antes, un horario laboral intenso, cuestiones de papeleo y un préstamo que pagar, pero la cosa pinta bien, de la inauguración salieron algunas nuevas clientas y ya ha hecho algunos contactos que pueden hacer que todo sea mucho mejor de lo que esperaba. Pero lo más importante es que, se siente feliz, porque ha cumplido por fin su SUEÑO, en mayúsculas.
Si cómo María, estás buscando un local comercial en Castellón para montar tu propio negocio, confía en profesionales y deja que te asesoren en el proceso de búsqueda. Contacta con nosotros y encontraremos el lugar perfecto para que tu sueño sea una realidad.